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26 abril, 2024

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No son de aquí ni son de allá

Es de día en la frontera, los agripados niños se bajan de las camas hechas de palo con forraje y ponen sus pies descalzos en tierra húmeda, bajo un cobertizo de unos dos metros de alto por dos de ancho.

La noche anterior fue de lluvia, así que durmieron abrigados, pero no totalmente secos.

Hubieran querido taparse con los impermeables, pero el pasado jueves no les dieron tiempo. La alerta de "ahí viene el Ejército" los puso muy nerviosos, no hicieron más que acatar la orden de sus padres y salieron corriendo rumbo a El Desengaño, una comunidad fronteriza situada a siete kilómetros de la franja entre México y Guatemala, en el municipio de Candelaria, Campeche; pero no lograron cruzar, pues autoridades mexicanas del Instituto Nacional de Migración (INM) ya sabían de este desplazamiento forzado.

Ahora, son dos los Ejércitos quienes los acorralan justo en medio de los países, y mientras México cierra la puerta, Guatemala los expulsa.

No son de aquí, pero tampoco de allá, a pesar de que llevan 17 años en su aldea denominada Laguna Larga, un Juez determinó a favor del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), y envió a la Policía Nacional junto con el Ejército a desalojarlos.

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