Por: Abril Valencia
Muchos creen que por ser el adversario, Satanás ignora a Dios y que sus demonios desean enfrentarse a Él para vencerlo. No obstante, no es así. La Biblia nos enseña que hasta el mismo Satanás reconoce la autoridad de Dios y tiene que pedirle permiso (Lucas 22:31, Job 1:11). De igual forma sus demonios creen en que Dios es uno pero le tienen tanto pavor que tiemblan ante su presencia (Santiago 2:19)… curiosamente, los demonios creen.
Lamentablemente, en nuestros días, muchos creyentes tienen una fe similar a la de los demonios: creen que Dios es uno y tiemblan, sin embargo, a pensar que son creyentes y le temen, siguen haciendo su voluntad, no se arrepienten de sus malas acciones, sirven a otro señor, saben que Dios es todopoderoso pero prefieren huirle antes que cambiar su forma de ser… igual que un demonio.
Del tamaño de tu dios es tu fe En nuestra cultura empleamos diminutivos para referirnos con cariño a alguien, es por ello que solemos referirnos al Todopoderoso, Omnisciente, Omnipotente, Soberano y Señor de todo lo visible e invisible, como "Diosito", sin embargo, por mucho amor y apego que podamos sentir, nunca debemos olvidar que aunque es nuestro padre y podemos acercarnos confiadamente diciéndole "papito", Él no es un Diosito. Él mismo se hizo llamar "El gran Yo Soy", enseñándonos que ese era su nombre (Éxodo 3:14). Si tu amor reduce el tamaño de Dios, entonces tu fe obrará en función de ello. Es muy probable que con un diosito de tu parte, esperes que obre a tu favor aun cuando vayas en contra de su voluntad (Dios no te responderá si estás en su contra), pero si entiendes que el Gran Señor del Universo es quien te ha llamado, entonces tú estarías a su servicio y buscarías agradarle, no al revés.
Creer de verdad Antes de partir de esta tierra, Jesús dejó un testamento.
Hoy, ese documento está a tu alcance. Comienza a leer tu Nuevo Testamento, conoce a Jesús, lo que hizo por ti, lo que puede hacer ahora en medio de tu circunstancia y lo que hará al final. A medida que conozcas y reconozcas al Señor de Señores, tu fe irá perfeccionándose e irá en aumento; tu espíritu se vivificará y podrás confiar realmente en Él. Pasarás por circunstancias difíciles como el fuego sin quemarte y cruzarás grandes obstáculos como ríos sin ahogarte (Isaías 43:2), porque te acercarás a un poderoso protector que puede protegerte y defenderte de todas las circunstancias adversas de tu vida.
