Aunque liviano, manipulable y económico, el papel de aluminio puede ser tóxico, ya que al utilizarlo puedes rasparlo accidentalmente, haciendo que minúsculas partículas del metal ingresen a la comida y de allí al organismo.

Consejos:

Evita el contacto directo en la guarda.
Si necesitas proteger una comida que quieras llevar al refrigerador, o si vas a marinar carnes, pon los alimentos en un contenedor de vidrio o plástico (lo que sea, incluso uno de hornear que no vayas a usar luego), y cubre con el papel de modo que no toque los alimentos.

Uso en el horno.
El aluminio se puede meter en el horno y resulta genial para crear coberturas en los moldes, elevando la temperatura de cocción y logrando carnes más jugosas y vegetales más tiernos. Pero nuevamente, para evitar inconvenientes procura que no entre en contacto con los alimentos.

En la parrilla.
A menudo envolvemos carnes, pescados, quesos y vegetales en este papel para cocinarlos en la barbacoa o en la parrilla más rápido, concentrando sabores, o evitando el desparramo de las comidas (por ejemplo, al hacer quesos). Pero, como sabes, el contacto con el material no es seguro. Una solución es envolver los alimentos en papel de hornear, y luego en aluminio para que conserve el calor y la humedad.