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25 abril, 2024

Vivir Bien

Dios y las adversidades

La noche del jueves, los sureños mexicanos fuimos rebasados por la angustia y el temor. Para muchos fue una ocasión de buscar y clamar a Dios, sin embargo, para quienes sufren a causa de la catástrofe, el resentimiento o el enojo contra Dios se está incrementando en sus corazones. Con odio miran al cielo y preguntan ¿Dónde está Dios? El sufrimiento en la vida de un cristiano puede tener múltiples causas: malas decisiones, la perversidad que hay alrededor, las circunstancias difíciles, situaciones ambientales que se escapan de nuestras manos. Ante todo, hay que establecer que Dios no se opone a que pasemos por adversidades, pues, cualquiera que sea su origen, son parte de un plan que Dios tiene con la finalidad de ayudarnos a madurar o a acercarnos a Él.

Todo obra para bien a quien ama a Dios

Tenemos la falsa creencia que la bondad de Dios se manifiesta en que nada malo nos acontezca, pero si tomamos en cuenta que Jesús prometió hacernos una morada junto a él, entonces entenderemos que nuestro paso aquí en esta tierra es pasajero y las cosas que nos puedan pasar algún día se transformará en gozo para quienes creen en Jesús. Así como un padre anima a su hijo a dar sus primeros pasos, aunque esto represente algunas caídas, nuestro Padre Celestial nos permite caídas para que aprendamos a desarrollarnos como hijos fuertes que podamos tener fe a pesar de lo que nos rodea. Sin adversidades no maduraríamos y seríamos fácilmente vencidos por temores, dudas, angustias o dolor que los mismos hombres provocamos. En medio de los problemas nuestra relación con Dios se vuelve más íntima y nuestra fe se fortalece.

La prueba merecerá honor y gloria

Los verdaderos problemas no son los infortunios sino la manera en que nos enfrentamos a estos. El propósito de ellos es buscar a Dios y permanecer en Él. En un ataque de la naturaleza como el que vivimos, nos vemos tan frágiles que clamamos desesperados. Aprendemos a confiar en la fidelidad de nuestro Padre que sabe que solo quienes lo buscan podrán ser salvos. La Palabra de Dios nos dice en Primera de Pedro 1:6-7 "Por esto estén alegres, aunque por un tiempo tengan que ser afligidos con varias pruebas. Si el oro debe ser probado pasando por el fuego, y es solo cosa pasajera, con mayor razón su fe, que vale mucho más. Esta prueba les merecerá alabanza, honor y gloria el día en que se manifieste Cristo Jesús”.

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