¿Hacer siempre lo bueno?,¿ayudar al prójimo?,¿hacer caridad?… ¿Qué podemos hacer para ganar el amor de Dios? La mayoría de las antiguas religiones basaban su fe en hacer acciones buenas e incluso afligir su cuerpo o su alma pensando así estar más cerca de Dios. Ese pensamiento ha hecho sentir a muchas personas culpables e indignas, porque por naturaleza, el ser humano tiende hacer lo malo, eso nos enseña la palabra. (Isaías 53:6, Eclesiastés 7:20, Salmos 51:5, Romanos 5:15). Pero, ¿qué dice la Biblia al respecto? Hay algo que sí se puede hacer para ser aceptados.
Solo algo se requiere
El Señor nos enseña que lo único que podemos hacer para agradar a Dios es creerle. Creer en que Jesucristo es su hijo y el único mediador entre los hombres y Dios. En Juan 3:16 al 18, se nos explica que somos aceptos por medio de la fe en Jesús y que creer nos libra de la condenación. No hay nada más que podamos hacer, ningún esfuerzo o sacrificio para lograr la aceptación de Dios.
El amor, perdón y salvación de Dios es por gracia, es decir, por el afecto de su voluntad y no requiere que el hombre haga algo, sino aceptar que, aunque no se lo merece, Dios nos ama lo suficiente para haber dado a Jesús en sacrificio para que todo aquel que en Él cree, no se pierda sino tenga vida eterna.
El mejor de los regalos
Romanos 5:17 nos enseña que por el pecado de Adán toda la humanidad cayó en pecado, pero por medio de creer en Jesús, la humanidad también puede ser perdonada y restaurar la comunión con Dios. Ninguna acción, acto solemne o conmemoración puede restaurar la comunión perdida sino la fe en Jesús. Esto lo explica en Efesios 1:7 “en Jesús tenemos el perdón de pecados, por medio de su sangre, según su gracia”. Por Jesús unos y otros tenemos libre acceso al Padre en un mismo espíritu (Efesios 2:18). Esa gracia que nos cubre y nos vuelve aceptos delante de Él, no es por algo que hayamos hecho o podamos hacer, pues en Efesios 2:8 se nos señala que es un regalo de Dios.
No hay ningún sacrificio o penitencia podemos hacer para ser aceptados, pues en la cruz, Jesús hizo el más grande de todos, y según la Biblia, lo único que nos corresponde es creer en Él, aceptar su amor y conocerlo más a través de las Escrituras, que son el medio que Dios nos dejó para que pudiéramos saber quién es y cómo piensa, cuál es su voluntad.
La mejor manera de acercarnos a Dios es que humildemente, nos acerquemos en oración y lo conozcamos al leer su Palabra. Debemos invocar a Dios cuando todavía puede ser hallado. El vacío de nuestros corazones solo puede ser llenado mediante la comunión con Dios. Si algún pecado te separa de Él, lo que puedes hacer es confesar tu pecado y aceptar el perdón, en lugar de creer que no mereces su amor.
