Cuero, terciopelo, algodón orgánico, denim o brocados, las opciones son casi ilimitadas; pero cuando llega el momento de limpiar la tapicería del mobiliario es que nos damos cuenta de qué tan complicado es.
El riesgo potencial de manchas o deterioro siempre está presente, ya sea por obra de nuestra mascota o por algún derrame accidental.
Tips:
»» Aspirado. Dependiendo de la cantidad de miembros de tu familia, y del tipo de tela, es recomendable que se aspiren una o dos veces por semana. De este modo se eliminará la capa de polvo superficial; también puedes utilizar los accesorios en forma de cepillo para remover los restos de, por ejemplo, galletas o hilos que se desprenden de la ropa.
»» Prueba inicial. Antes de aplicar alguna solución limpiadora –o echarlos a la lavadora– es importante que revises las etiquetas de cojines, mantas, forros y demás. Después que estés segura de la resistencia de las fibras, haz una prueba en un área que no sea muy visible. Con suavidad, restriega y ve si no hay decoloración.
»» Quita-manchas. ¡Llegó la hora de remover todos esos puntos de café, vino, dulces y otras sustancias! Para ello utiliza un producto comercial o una mezcla casera, por ejemplo de vinagre y alcohol y un paño limpio. Te sugerimos que rocíes la zona y te ayudes con una esponjita no metálica.
»» Secado. Otro de los trucos para limpiar la tapicería de tus muebles es que, pase lo que pase, la dejes secar bien primero, pero no al sol, sino en un lugar ventilado y con sombra. Así se evaporarán los olores, y luego podrás revisar el estado de los textiles.
