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25 abril, 2024

Vivir Bien

¡Celebremos la vida!

En ocasiones nos sentimos tan orgullosos de nuestras costumbres y tradiciones, que a veces olvidamos recordar las raíces que estas tienen. Tal vez no sabías que la tradición del Día de Muertos es de antes de la llegada de los españoles, y por tanto, antes de la religión; su origen no es el catolicismo romano, sino prehispánico. "Hay registro de celebraciones en las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca (…) Entre los pueblos prehispánicos era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos, y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento", señala la página www.visitmexico.com.

Cuando los españoles llegaron hubo un sincretismo, una mezcla de culturas. Hubo un cambio en el culto a los muertos: los sacerdotes le otorgaron al rito un nuevo significado, convirtiendo este culto a los muertos de combatientes de guerra a un rito para un ser querido, un culto, e idearon incorporar varios elementos con significado para borrar ese crudo concepto que los prehispánicos sentían por la muerte.

La muerte en la Biblia
Desde Génesis a Apocalipsis, Dios nos revela en su testamento el significado de la muerte. Jesús mismo arrebató el poder del imperio de la muerte a quien lo tenía desde el pecado de Adán, a Satanás. Bíblicamente, la muerte significa: separación, separación de Dios y el hombre. El sacrificio de muerte en la cruz pagó la deuda que se demandaba por el pecado. Como acusador, el diablo exigía que se cumpliera la ley de Dios que decía que los pecadores debían morir. Al hacer que los primeros hombres desobedecieran y el pecado se transmitiera de generación en generación, Satanás demanda la muerte. El plan glorioso de Dios fue un intercambio divino: Jesús a cambio de todos. El hombre que jamás pecó a cambio de la vida de aquellos que pecan continuamente. La Biblia explica que creyendo en Jesús y arrepintiéndose de sus malos caminos esa separación es quitada, y la comunión se reestablece nuevamente.

Es hora de vivir
Mientras aún tenemos vida, debemos agradecer el sacrificio de Jesús, debemos celebrar la vida eterna que Jesús nos ha dado por medio de su sacrificio. En ocasiones estamos tan ocupados haciendo preparativos en el Día de Muertos, disfrutando tamalitos o pan de muertos, que olvidamos que Jesús también murió, y que esa muerte nos trajo la liberación de la acusación del maligno. Es hora de dar gracias, de valorar ese sacrificio, de exaltar el nombre de aquel que nos dio vida. Muchos celebraron la muerte, celebremos también el poder de la vida.
 

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